El amor y el enamoramiento van cambiando con
la edad y según las distintas etapas de la vida por las que vamos
atravesando, así como con la madurez de la persona, su personalidad y una gran
cantidad de factores más. Además, es una experiencia que se vive y se entiende
de forma distinta según la percepción de cada persona.
El enamoramiento en la adultez tiende a ser una experiencia madura y estable. En esta etapa tiene tres aspectos distintivos: pasión, intimidad y compromiso.
La pasión, generalmente, no permite conocer a la otra persona tal cual es. La intimidad, en cambio, posibilita conocer mejor a alguien y el compromiso consolida la decisión de estar juntos y compartir.
No es lo mismo el enamoramiento en la juventud temprana que en la adultez. A medida que se transita el camino de la vida, el amor va adquiriendo las características de cada etapa. En la adultez, el enamoramiento puede tener los mismos elementos pasionales que en la juventud. Se le suma la independencia y el interés por un proyecto de vida en común en el que el amor, la pareja y la familia tienen cabida.
El enamoramiento –en esta fase humana- se enriquece con la madurez y el crecimiento personal que se aleja de posiciones egocéntricas y se prioriza la autoestima, el proyecto personal, el compromiso y el estar más pleno afectivamente.
También es verdad que -tanto en la etapa de la
adultez como en la de los adultos mayores- muchas veces no quieren
enamorarse. Ya sea porque tienen cierto temor o ya ha pasado por la experiencia
y no desean volver a transitarla. Las decepciones y las heridas pesan. Esto se
debe a que cuando se está enamorado se es muy vulnerable. Queda expuesta la
intimidad y gusta, cada vez menos, esa situación. Se tiene cierta aprensión
y se reprimen los sentimientos con racionalizaciones y argumentos. Se es reacio
a dejarse llevar, se bloquean las sensaciones y la capacidad de disfrutar. Se
desea tener todo bajo control y no se quiere estar enamorado. Ante la
posibilidad de una relación, enseguida se antepone el argumento de la vida
personal, el bienestar logrado, la falta de interés y el no condicionar la
libertad.
La crisis del realismo -propia de esta etapa-
también influencia al enamoramiento con cierto escepticismo y desencanto.
Muchos creen que en este ciclo el enamoramiento ya es algo superado. Lo
consideran una pérdida de tiempo y un desgaste de energía emocional. No quieren
complicarse la vida. Prefieren la comodidad de la propia soledad. Enamorarse
les ha producido algunas heridas. En caso de que pueda volver a ocurrir tiene
que ser tan conmocionante y novedoso que haga olvidar el confort de la propia
seguridad, tanto como para aventurarse nuevamente a la electricidad que produce
la sensación de estar enamorado.
Cada vez que a uno le pasa tiene la convicción de estar perdidamente enloquecido y que es definitivo. Cada amor se pronuncia como eterno y único. Luego nos damos cuenta que puede que no sea así. Hasta la próxima vez que acontezca. Alguna ocasión, de tanto que nos enamoramos y desamoramos, será –tal vez- la definitiva.
Una de las diferencias entre amor y enamoramiento más clásicas, aparece cuando pensamos que
el amor está inevitablemente relacionado con lo romántico. Una pregunta servirá
para explicarlo mejor. ¿Amas a tus hermanos, padres, amigos, mascotas…? Lo que
sucede es que no estás enamorado de ellos, ¿verdad?
Porque el enamoramiento, hablando en sentido
neuroquímico, provoca un enorme deseo, una amplia obsesión. Podríamos decir que
es incluso una adicción: la atención se focaliza en la persona amada y las actividades solitarias que
antes nos resultaban placenteras ahora quedan empequeñecidas frente a cualquier
proyecto que suponga tiempo con el otro.
La química también tiene mucho que decir sobre
el enamoramiento. Mientras estamos bajo su “hechizo”, intervienen en nuestros
cerebros potentes neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que
también equiparan el efecto neuroquímico del enamoramiento en el cerebro con el
que producen otro tipo de drogas.
https://summa.upsa.es/high.raw?id=0000031322&name=00000001.original.pdf
Mis dudas son en base a la diferenciación entre enamoramiento e idealización, me parecen terminos muy similares en cuanto a la reacción que genera en las personas.
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